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FETRANSA llama la atención sobre la imposibilidad de adaptar el transporte a los requerimientos de Bruselas

El anuncio hecho público por la Comisión Europea y respaldado por el gobierno de España en relación con la prohibición de vehículos diésel e híbridos en 2035, supone, a juicio de FETRANSA, una muestra más del desconocimiento de la clase política sobre la realidad que vive la calle.

Desde FETRANSA se señala la firme voluntad de contribuir, por parte de todos los sectores del transporte a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones, ahora bien, se solicita a los representantes políticos abandonar los discursos populistas que en nada contribuyen a avanzar con un criterio realista al cumplimiento de dichos objetivos.

El paquete de medidas de sostenibilidad y transición verde afectará de forma especial al sector de la movilidad, tanto de transporte de mercancías como de pasajeros, suponiendo en definitiva un importante desembolso en infraestructuras y ayudas para alcanzar este objetivo, y lo que es peor aún, generando desde el momento del miso anuncio, una gran incertidumbre entre fabricantes y usuarios, ante la inexistencia de fuentes de propulsión alternativas.

El problema, a juicio de Fetransa, no es sólo la falta de puntos de recarga para el vehículo eléctrico, algo en lo que se puede invertir en los próximos años, sino por el contrario, la incapacidad de disponer de una tecnología, suficientemente accesible económicamente para renovar por completo el parque de vehículos.

En este mismo sentido FETRANSA anuncia un más que previsible envejecimiento de la flota de vehículos de transporte, al paralizarse de forma automática, la inversión en renovación de flota ante la incertidumbre generada.

Este anuncio, supone en definitiva, buenas palabras que sobre el papel resultan muy vendibles para el gran público, pero que realmente no tienen en cuenta los distintos inconvenientes a los que el sector debe hacer frente día a día.

Según señala Víctor González, Presidente de Fetransa; “si realmente se pretende cumplir con estas fechas para implantar el vehículo eléctrico, deben tomarse medidas que hiciesen rentable y atractivo el sector, o de lo contrario, toda Europa deberá hacer frente a una doble amenaza: no disponer de vehículos adaptados y no contar con profesionales dispuestos a hipotecar sus vienes para invertir en una tecnología tremendamente cara y no contrastada.

El presidente de FETRANSA señala a este respecto que la compra de un camión eléctrico es inasumible para la mayoría de los autónomos del sector. Actualmente el precio medio del mercado de estos vehículos impulsados por electricidad oscila entre los 130.000 y 160.000 euros, sin contar que el remolque sumaría otros 30.000 euros más, un coste 30% superior al que vienen pagando ahora por sus vehículos. Asimismo, España cuenta en la actualidad con aproximadamente 340.000 transportistas, entre pesado y ligero, por lo que una transición ecológica tendría un coste aproximado para el transporte de 44.200 millones de euros. 

Además,  se señala el desconocimiento manifiesto de la Unión europea sobre la realidad del sector al no valorar lo que supone para estos autónomos la inversión en un camión. “No sólo se trata de comprarlo y ponerse a trabajar. Un camión tiene una vida útil de entre 10 y 14 años. Cuando lo compras debes estudiar el retorno de esa inversión, la segunda vida del camión y muchas variantes” algo que ahora, sobre este bonito anuncio pasa desapercibido.

A la vista de la situación, FETRANSA reclama la definición de un periodo transitorio claro que ofrezca garantías al transportista para acceder a la compra del vehículo eléctrico.

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